Es posible que alguna vez te hayas hecho la pregunta
de si un sex shop es mejor uno físico donde puedes ver los juguetes
en primera persona y, aunque no probarlos, sí saber qué tipo de
juguete estás comprando; o bien los sex shop online donde compras a
través de internet.
Lo cierto es que, si ponemos en la balanza estos dos
tipos de sex shop nos encontramos con que los que ganan suelen ser
los sex shop online y a veces es una victoria debido a que los sex
shop físicos tiene muy mala imagen debido a que se tratan como si
fueran un crimen entrar en ellos, todo cerrado como si estuvieras
comprando algo ilegal cuando en realidad debería ser un espacio
abierto, fresco, dinámico, donde te den ganas de ir a informarte
sobre sexualidad y sobre juguetes eróticos.
En los sex shop online, el hecho de estar en un
lugar donde te sientes seguro, como es tu casa, el trabajo o donde
suelas mirarlo, hace que puedas tomar las cosas con más calma y
mires las cosas mucho más detenidamente, incluso que busques
información sobre ello para saber lo que puedes obtener con ese tipo
de juguete erótico.
Aunque ahora los sex shop físicos están empezando
a cambiar, son muchos los que todavía eligen los online debido a la
intimidad que dan ya que no tienen que ir a mirar los juguetes ni se
sienten cohibidos por ese hecho sino al contrario, se ven más
tranquilos en ese aspecto y pueden estar mirando sin parecer
demasiado obsesionados con los juguetes eróticos.
A la hora de montar un negocio, también los sex
shop (visita éste sex shop, no te arrepentirás) online suelen ser más apetecibles porque hay menos costes que
si fuera uno físico donde los gastos son mayores, empezando por el
propio edificio que se tiene y, teniendo en cuenta que hoy día se
llega a todos con un sex shop online, es habitual pensar que puede
ser una forma adecuada de funcionar, ¿no crees?
Lo
que está claro es que los sex shop físicos han de ofrecer algo más
que los online no puedan permitirse con el objetivo de conseguir un
mayor público y sobre todo ver la sexualidad y el uso de los
juguetes eróticos como algo habitual y no algo que haya que
esconder.
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